sábado, 8 de junio de 2013

Paren la vida que aquí me bajo.

No te das cuenta y llega ese momento en el que dices "qué pronto pasa el tiempo", y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta:

Naces, aprendes a andar y antes de que te des cuenta, ya estás en la escuela, en el mundo de la educación, del que no saldrás en un largo período de tiempo, sin mayor libertad que el descanso que te das a ti mismo mientras estudias. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Cuando terminas de estudiar y te pones a trabajar, no tienes nada más que hacer que trabajar para tener dinero, llevar a tu familia adelante, y las barbaridades necesarias para tener una casa y una familia. Pasan los años y no has hecho nada, con todo lo que hay por hacer... Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Cuando estás apunto de dejar de trabajar, de ser feliz, de valorar la vida (un poco tarde, pero qué se le va a hacer), te dicen que tienes que trabajar dos años más para jubilarte. Dos años que son tuyos, dedicados a ti y a tu familia. Dos años que se encargan de arreglar errores de gobierno a cambio de tu esfuerzo, tu trabajo y tu sangre (lo que has hecho toda tu vida, pero dos años más). "Qué importarán dos años más", se atreven a decir algunos. Claro, qué le importarán dos años más a un político, si son dos años más robando del cajón. Esos dos años son nuestros, nada ni nadie puede arrebatárnoslos. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

Y cuando ya estás jubilado, puedes disfrutar de la vida y puedes relajarte totalmente, hay una "amiga" que siempre ha estado en la esquina de tu casa rondando el día en el que decidas irte con ella. Y cuando más feliz estás, es cuando ella decide venir, es cuando se le ocurre la genial idea de quitarte del medio, es cuando La Muerte viene a buscarte. Y si no viene a buscarte y te da un rato más en este mundo, tranquilo, que tampoco vas a disfrutar mucho, ya que tu vejez te lo recordará. Que ya no es como antes, que subías los escalones de tres en tres, que ahora tienes que coger el ascensor. Que todo ha cambiado, ahora no sales todos los días que quieres, ahora sales a tomarte un refresco al bar de la esquina si no estás agotado. Ahora es cuando al Gobierno se le ocurre la idea de darte la libertad, cuando tu cuerpo apenas la tiene. Naces con libertad, una libertad que apenas dura 3 años, pero que no puedes disfrutar, y cuando vuelve a llegar, tampoco, porque ya no es que no sepas disfrutarla, es que no te lo permite tu movilidad. Y es que el tiempo pasa y pasa, pero tú no te das cuenta.

La vida está para disfrutarla, la vida es mía, la vida me la dio mi madre y es para mí, la vida es mía y solo mía, y ni el Gobierno ni nadie puede quitármela durante 67 años, nadie debería de dejar que ésto pase. La vida debería de ser una fiesta durante los siete días de la semana, durante los 30 días del mes y durante los 365 días del año, y 366 si es año bisiesto. Debería de ser alegría, no un drama el sobrevivir, no ya vivir bien, que eso ya es imposible si no eres borbón, sino sobrevivir. Y no me vengan con que esto es una preparación, que la verdadera vida viene después de la muerte, que no creo en ese que se hace llamar "Dios" y deja a sus queridísimos hijos muertos de hambre, a asesinos sin castigo y tantísimas injusticias más. No me creo que alguien pueda ser tan hipócrita. Mándalos a todos a tomar viento, vive la vida como te dé la gana, que para eso es tuya. Y de nadie más.

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