domingo, 14 de julio de 2013

Su verdad, la mayor de las mentiras.

Pretenden que en los tiempos que corren me crea que una cosa tan absurda como que una paloma dejó embarazada a una mujer "virgen" y tuvieron un hijo que fue nuestro salvador. A mí me parió mi madre, no tú, no voy a "amarte sobre todas las cosas", porque no tengo más mandamiento que amar a mi familia y a mi región por encima de todo. Y lo que queda de amor, para mí, que me lo merezco más que un libro lleno de mentiras como la biblia.

Un padre no manda a un hijo a la tierra sabiendo que lo iban a matar, una madre no deja que nadie mate a su hijo. Una madre da la vida porque nazca y un padre la vuelve a dar porque sobreviva.

Si ese tal Jesús fuese capaz de multiplicar los panes y los peces, si tuviese esa habilidad tan magnífica y tuviera el corazón tan noble que dicen tener, lo haría con el pueblo africano. Pero en vez de multiplicarlo, traerlo, porque ellos no tienen nada, por lo tanto no pueden multiplicar. Pero claro, como no existe, difícilmente va a conseguirlo.

Parece ser que lo de convertir el agua en vino sí es real, lo que pasa es que había mucha agua cuando la convirtieron, porque el que se paró a escribir la biblia o se aburría mucho, o estaba bastante borracho. Igual que los curas que nos dejaron, que son los descendientes de Dios en la tierra. Pues son igual de inútiles, lo que pasa es que éstos sí existen, se dedican a darnos sermones prohibiéndonos los métodos anticonceptivos porque es pecado usarlos. Claro, es pecado usarlos, pero si violan niños de primera comunión sin preservativos no pasa nada, ¿no? Muy lógica ésta religión, sí señor.

No pretendan que me crea que hace 2000 años vino el mayor comunista que sembró la religión a dar un mensaje de alegría y libertad y de que el salvador había llegado, porque estamos prácticamente igual que hace 2000 años. Pero eso sí, las iglesias para predicar sus falsas palabras, ahí están, llenas de lujo por cada rincón. No pretendan que me crea que alguien puede ser tan mezquino de prometer el reino de los cielos y que vivamos en un infierno. Con familias enteras en la calle no pienso creerme que hay alguien ahí arriba que dice ser nuestro salvador. Y no me digan eso de que "el que lo necesite que lo busque", porque no hace falta ni decirlo. No hace falta ni decir que hay quien vive del aire mientras le reza a eso mismo, al aire, porque no hay nadie ahí arriba.

No me digan que dios existe(sí, dios en minúscula) porque de ser así, es el ser más despreciable que conozco. Aquí no manda dios, aquí manda el diablo, que viste de traje y chaqueta y se manda mensajes al móvil con un delincuente que está en la cárcel.

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